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Abdelá Taia, escritor: "Lo peor que le pasa a una persona gay es el exilio interior que te imponen"

Referente del movimiento LGTBIQ+, el autor marroquí reflexiona en su nueva novela sobre el trauma de ser gay en un país que castiga la homosexualidad con la cárcel y que no es capaz de proteger a sus niños

Abdela Taia

Abdela Taia

Abdelá Taia (Salé, Marruecos) emigró a París hace ya 25 años. Sus libros, que aquí en España publica el pequeño sello independiente Cabaret Voltaire, hablan de sus orígenes, de su educación, de las personas con las que creció a pesar de los traumas que sufrió por ser gay en una sociedad como la marroquí, patriarcal y machista. Recién aterrizado en Madrid conversamos con el autor sobre 'El Bastión de las Lágrimas', su última novela, una carta de amor a sus hermanas en la que reflexiona sobre el perdón, la venganza y la identidad destrozada de los marginados.

¿Es posible el perdón? ¿Escribir este libro te ha ayudado a responder esa pregunta? ¿Se puede vivir sin perdonar?

Creo que perdonar o no perdonar es una pregunta muy, muy difícil. Quizás antes, cuando era pequeño, perdonaba a mucha gente, pero hoy tengo 51 años y de repente me he dado cuenta de que tengo que renegociar el perdón o no perdonar a algunas personas. Porque las otras personas tienen que reconocer lo que les hicieron a los niños, el abuso de los niños.

Hay quienes prefieren la venganza, como Najib, uno de los personajes de tu novela...

No prefiero la venganza, prefiero la confrontación. Creo que en algún momento, cuando eres adulto, es muy importante enfrentarte a las personas que amas para crecer y seguir adelante. Si no discutimos, si no decimos la verdad entre nosotros no podemos crecer.

¿Y reinventar el pasado es la única forma de encontrar algo de alivio?

No es reinventar, es volver al pasado. Porque algunas personas dirán que perdonaremos, que olvidaremos y quizás perdonemos, pero en realidad no olvidamos nada. Y cuanto más envejecemos, más recordamos. Y luego tenemos que hablar, hablar no solo de mí, se trata de hablar sobre nosotros, para dar a la otra persona la posibilidad de hacerlo. No podemos seguir viviendo sin este enfrentamiento. Es imposible. No es reinventarse. Es ser lo suficientemente fuerte como para hacer la confrontación necesaria de adulto.

Vuelves a escribir sobre tus raíces, sobre tus orígenes. 'El Bastión de las lágrimas' es una historia desgarradora y profundamente dolorosa sobre lo que significa ser gay en un país como Marruecos. ¿De qué necesidad surge contar esta historia?

El origen de este libro es mi gran deseo de contar mi gran amor por mis seis hermanas. Tuve esta idea en 2010, pero no sabía cómo escribir sobre el amor que sentía por ellas cuando era pequeño porque mis seis hermanas son mayores que yo y eran mucho más libres, sexual y mentalmente, eran hechiceras, ladronas, tenían amantes. No sentían vergüenza delante de mí. Y siempre he pensado que esto es algo que debía tratar. Un libro sobre las hermanas de Marruecos que no reconocen que el poder las está mermando. Las hermanas están por encima del poder, por encima de la sociedad. Para mí, fue una inspiración para seguir vivo siendo un niño gay, aunque me maltrataran. Pero no sabía cómo, no sabía desde qué ángulo contar las historias de mis hermanas. Hasta el día en que me vi obligado a vender la casa que heredé de mi madre. Mis hermanas y mis hermanos ya habían vendido su patrimonio, yo era el único que guardaba la herencia. Pero cuando vendí la casa, comprendí que ya no existíamos como hermanos y hermanas. Solo como fantasmas o voces en el viento. Y comprendí que éste es el ángulo desde el que escribir esta historia de mis hermanas, de los perdidos, del viento, del momento de los fantasmas. Quería traer aquellos recuerdos felices para poder confrontarlos.

El protagonista de la novela, un profesor exiliado en Francia, vuelve a su pueblo, a Salé, para vender la casa de su madre después de haber fallecido. Eso le hace enfrentarse a muchos pasajes de su pasado, que cuentas a través de sueños. Escribes, "los sueños no son solo sueños, son un espacio real donde la verdad puede por fin salir a la luz". ¿Era la única forma de contar determinadas cosas?

Creo que los sueños son reales y por la forma en que hablo de ellos en el libro no los considero ficción. Es solo otro espacio en el que suceden cosas y estas cosas influyen en el resto de nuestras vidas, es muy importante en la literatura, en la escritura, ya seas gay o hetero. Para no limitar mi voz como escritor a una sola dimensión, mi voz tiene otras voces, otros recuerdos. No solo mi memoria, los recuerdos de mis hermanas, de mi madre, los recuerdos incluso de los abuelos de mis padres, que nunca conocí. Y creo que al escribir, cuanto más escribes, más te sientes conectado. Éstos otros espacios parecen no existir, pero tan pronto como empiezas a escribir sientes que estos espacios existen, por lo que el sueño en 'El bastión de las Lágrimas' es real, no es algo que no tenga poder, sino todo lo contrario, por eso todos los personajes de este libro tienen este súper poder de entrar en las cabezas de los demás, en sus corazones y en sus sueños y hablar desde ese espacio.

La historia de Yusef es la historia de un país que no reconoce y que castiga con penas de cárcel la homosexualidad, del sometimiento a la dictadura de los heterosexuales pero es también la historia de un país que viola a sus niños ante la mirada impune de su entorno, y de hombres que se esconden y que llevan una doble vida. Un país que niega una realidad que se oculta en las sombras. ¿Cómo se sobrevive en esa hipocresía?

No es solo una hipocresía, es un escándalo, es una injusticia. ¿Cómo se puede traer a los niños a la vida y ofrecerlos a todo lo que no esté resuelto en la sociedad?. El poder te dice que no tienes que existir como persona gay, lesbiana o transgénero, pero al mismo tiempo te abandona en manos de todos estos delincuentes, de personas que no pueden tener relaciones sexuales, pero que pueden violar. Así que, de alguna manera, el poder y las leyes fomentan el abuso de los niños, el abuso de tus propios hijos. Porque no estamos hablando de alguien que vive en el planeta Marte. Estamos hablando del hijo de tu hermano o de tu hermana o de tu tío. Así que esto es lo que para mí es un gran escándalo. ¿Qué hace que un lugar, un país, sea tan despiadado con sus propios hijos cuando son gays, lesbianas o transgénero? ¿Cómo es posible esta injusticia? Yusef es consciente de que el poder, las leyes y las personas en el poder no ayudarán a las lesbianas, las personas transgénero o los gays. Decide que va a hacer el cambio por sí mismo en el libro, confrontándolo y llevándoles esos recuerdos felices a sus hermanas. Sabíamos que el poder estaba en nuestra contra, pero encontramos la manera de ser felices.

Describes en la novela muchas violaciones, de una manera más o menos explícita, las que sufren los niños en las calles, en los rincones de los mercados, en los hamman. Todo el mundo lo sabe y ve cómo está pasando. ¿La única forma de entenderlo es como lo hace la madre del pequeño Ali, mirando hacia otro lado para sobrevivir?

Creo que cuando eres pequeño, niño o niña gay, no tienes otra opción que apegarte a las personas que conoces, incluso si te rechazan. Porque solo tienes 6 ó 7 años, ¿a dónde irías?, ¿qué harías?, ¿soñar con París o Londres?. No, eso está muy lejos. Así que tienes que encontrar una solución para mantenerte con vida. Y eso es lo que hice. Seguí uniendo mi cuerpo a sus cuerpos. Pero parece que no es suficiente. Porque en algún momento comprendes la crueldad del poder, porque al final es una cuestión de poder. Que entren en el corazón de las personas que amas y que hagan que sean crueles contigo. El rechazo no viene de la boca del poder, viene de tus padres, de tu hermana, pero entiendes que estas palabras no son las suyas, son las palabras que el poder pone en sus bocas para rechazarte y hacerte sentir inferior, como si no fueras nada. No sé cómo encontré la manera de sobrevivir a esto, pero sobreviví. Esto es muy importante, ya que poder escribir estos libros y expresarlo libremente en mis libros significa para mí que el poder no puede detenerme ni detenernos como personas homosexuales y lesbianas. Siempre pensé que soy el más inteligente y que encontré la manera de evitar que me maten. No sé si respondo bien a tu pregunta. Solo quiero proteger a mis hermanas, aunque ellas no me protegieron a mí. Quiero protegerlas analizando cómo es que pronunciaron estas palabras despiadadas. El libro está aquí para decir que antes de morir todos debemos decir la verdad. Deberíamos aprovechar el espacio y olvidarnos del poder y obligarnos a inventar un verdadero lenguaje entre nosotros antes de que sea demasiado tarde.

'El Bastión de las Lágrimas' de Abdelá Taia

'El Bastión de las Lágrimas' de Abdelá Taia

'El Bastión de las Lágrimas' de Abdelá Taia

'El Bastión de las Lágrimas' de Abdelá Taia

¿Cómo ha cambiado la situación y la relación de la sociedad con la comunidad gay a lo largo de los años?

Se han producido cambios en la sociedad marroquí con respecto a las cuestiones LGTBIQ+, pero estos cambios provienen de personas muy valientes y solas que obligaron a la sociedad a mirarlas y fueron lo suficientemente valientes como para no preocuparse por lo que las leyes o el poder les vayan a hacer, pero hasta ahora estas personas no están protegidas. Obligaron a la sociedad a mirar a sus hijos homosexuales pero ahora necesitan ayuda, necesitan que la ley cambie, necesitan que madres y padres en Marruecos los acompañen en estos cambios. Así que los cambios se están produciendo, pero por parte de algunas personas solitarias de la comunidad LGTBIQ+. Así que los animo como marroquíes homosexuales, por supuesto, pero al mismo tiempo, tengo que decir que no es suficiente. La solidaridad entre nosotros, los gays, es muy necesaria, muy importante, pero necesitamos la ayuda de otras personas, de las personas heterosexuales. ¿Dónde están?, ¿por qué aceptan que sus hermanos o hermanas o hijos estén siendo maltratados por la sociedad y por las leyes?

Hablas de lo que es vivir con miedo, miedo a un rey, a un sistema y una policía corrupta, miedo a los imanes de las mezquitas. Es un terror tan paralizante que uno se ve obligado a dejar de ser ante los demás, pero incluso ante uno mismo, una situación que fuerza a tu propio exilio interior. Cuando uno consigue salir de ahí, ¿cómo es el trabajo de reconstrucción de la identidad?. ¿Hay algo que queda roto para siempre?

Es lo más cruel que le puede pasar a una persona gay. El exilio que te imponen y te obliga ir a tu interior cuando eras solo un niño pequeño. Creo que todas las personas LGTBIQ+ de Marruecos y de otros lugares son, de alguna manera, huérfanas. Tienen padres, pero estos padres no hacen su trabajo con ellos porque les consideran delincuentes, cosas vergonzosas, cosas que no deberían estar vivas. Y los padres y los familiares saben lo que sufrimos y no dicen nada. Una vez más, esto es muy cruel. No sé cómo sobreviví a esto. Porque, cuando tenía solo 10, 11, 12 años, necesité entender todo el sistema, toda la sociedad, toda la política, la dinámica del poder, cómo nos manipulan, cómo nos adoctrinan. Tuve que entender todas estas dinámicas para analizarlas, destruirlas de alguna manera dentro de mí, y para protegerme de todas esas personas que el poder envía para violarme, insultarme, humillarme, impedir que vaya a la universidad y forjar una mala reputación sobre mí. Porque me ha perseguido, incluso en la universidad de Rabat, esa mala reputación. Que no puedas dar algo, significa que querían violarme. Y se sentían lo suficientemente autorizados para hacerlo. Así que no sé cómo lo hice, excepto que quizás, no sé, para mí, en mi caso, ese enorme, ese gran deseo de seguir con vida. Y este gran deseo de transformar la vida de mis hermanas, especialmente de mis hermanas como en las viejas películas egipcias. Y eso es porque las antiguas películas egipcias eran para mí un sueño. Hablaban en árabe la mayoría de las actrices y superestrellas de los viejos tiempos, muchas personas las adoraban pero al mismo tiempo decían que eran prostitutas. Y comprendí que debía ser zorra o prostituta yo también. El terror hace que hagas películas tan bonitas como las antiguas egipcias, así que la respuesta a tu pregunta son quizás esas películas egipcias. Era como una luz delante de mí.

¿El exilio en Francia te ha permitido ver las cosas de manera diferente? No solo para renegar, también para valorar aspectos de tu educación, de la infancia que viviste, de la propia sociedad marroquí, incluso de la religión?

Hice todos mis estudios en Marruecos, en la Salle y luego en la Universidad de Rabat. Es decir, cuando llegué a Francia, por suerte para mí, ya dominaba la lengua y la literatura francesas. Y cuando hablé con los franceses blancos en París, vieron que tenía cierto nivel. Y me decían: «Ah, tú hablas bien el francés», lo que significa que otros árabes, inmigrantes en Francia, no hablaban bien el francés. Así que cuando llegué a Francia no fue con el deseo de que Francia fuera a liberarme o emanciparme, porque sabía que era un país que colonizó Marruecos y que dejó muchos aspectos del colonialismo francés que se mantienen hasta hoy a través de la burguesía marroquí, que habla francés para separarse de los pobres de Marruecos. Está la distancia geográfica que ayuda a ver las cosas de otra manera, pero Francia como entidad, siempre supe que es un lugar donde viven los inmigrantes, los musulmanes, los africanos y los negros y no los trata bien. Así que no me hacía ilusiones de ir a Francia y ser aceptado por los franceses blancos. Hay una gran escuela de cine en París llamada La Fémis, ése era mi sueño. Ir a París a estudiar cine y hacer películas egipcias. Nunca imaginé que Francia me iba a ayudar.

En la primera línea aparece el nombre de tu madre, Malika, a quien ya dedicaste un libro. Seguir escribiendo sobre ella después de años fallecida, que esté tan presente en tu obra, ¿es una manera de perdonarla a ella y de perdonarte a ti por haberos juzgado, por no haberos entendido?

Creo que mi madre no necesita que la perdone porque, en realidad, mi madre era una superheroína. Mi madre venía de la pobreza del campo marroquí y logró emigrar a la ciudad, a Rabat, y formar una familia de nueve hijos, que les dio la oportunidad de ir todos a la escuela. Ella fue la directora de nuestras vidas, fue la que nos alimentó, hizo más de lo que se le exigía, no siempre fue tierna con nosotros, pero tuvo nueve hijos y, sin dinero. Esta mujer no merece más que respeto, respeto de mi parte. Ni siquiera debería preguntarme si tuve que perdonar a mi madre o no. No hay nada que perdonar o no perdonar. Lo único que debo hacer es conservar su memoria y decirle todos los días: Gracias, madre. Gracias. Hagas lo que hagas, lo hiciste. ¡Gracias! Solo gracias. Y rezar por ella.

No sé si es mucho más difícil mantener tus propias convicciones cuando además eres pobre...

Mi madre nunca se presentó en nuestra casa como una mujer que necesitaba la bendición de los demás, de nosotros, de los niños o de mi padre. Tenía sus propias ideas, sus propias estrategias. Tenía cosas en la cabeza todo el tiempo para prepararse. Qué decir a los vecinos, qué decir a la policía, cómo conseguir verduras, cómo pagar la harina para hacer el pan. No paraba de pensar y preparar las estrategias. Es una mujer que estaba al tanto de lo que sucedía a su alrededor, política y sociológicamente, y sabía qué decirle a la gente para protegerse y proteger a la familia. Así que yo, junto a ella, me sentía como un admirador, como si estuviera aprendiendo. Y creo que incluso siendo gay, apliqué lo que la vi hacer en la sociedad. Por ejemplo, nunca se avergonzó de gritar, no necesitaba ropa bonita, no estaba en esa prisión en la que las sociedades modernas, incluso las occidentales, meten a las mujeres. Esto es demasiado narcisista, si no representas esa feminidad, entonces eres una mujer inferior. A mi madre no le importaban estas cosas, así que yo, como persona gay, soy igual que ella. Intento inventar mis propias estrategias para hacer lo que quiero hacer, porque nunca recibirás la bendición de todos.

"El matrimonio es la muerte instantánea" escribes. Vuelves a criticar la machista sociedad marroquí, "aunque no seas un feminista convencido, terminas siéndolo viendo el triste porvenir de las mujeres"...

Creo que el matrimonio en todas partes, no solo en Marruecos, Francia, España y Estados Unidos, lo inventaron hombres heterosexuales para dominar a las mujeres y encarcelarlas, meterlas en una prisión, en la cocina, hacer que hicieran todo el trabajo y hacerles sentir que éste es el lugar adecuado para preparar todo para los hombres, porque el hombre, por supuesto, tiene que ir fuera para traer dinero. Son solo ilusiones que se prepararon durante siglos y siglos y yo, lo vi con mis seis hermanas. Estuvieron libres hasta que unos desconocidos, unos hombres desconocidos, entraron en la casa y pidieron la mano de mis hermanas. Y a partir de ahí, se produjo una especie de lobotomización de mis hermanas. Las vi convertirse en otras personas. No las juzgo, no juzgo el hecho de que se hayan casado, pero acabo de ver ante mis ojos los seis ejemplos de lo que el matrimonio le hace a las mujeres. El matrimonio debería ser ilegal.

'El Bastión de las Lágrimas' es el corazón de la ciudad de Salé, hace referencia a la ocupación de los cristianos en el siglo XIII, origen de vuestra propia historia. ¿Tú también como Yusef has podido encontrar allí la salvación?. ¿Dónde está tu cielo protector?

Soy muy romántico, por el amor que siento por las películas egipcias estoy lleno de ideas y solía ir a las mezquitas solo para elegir al hombre con el que quiero estar algún día. Románticamente, no sexualmente. No era el sexo lo que me motivaba. Y bueno, fuera cual fuera el poder que me rodeaba como obstáculo, podía en mi mente y en mi corazón, desafiarlo e inventar una forma de caminar y soñar y tener historias de amor en mi cabeza, tal vez solo en mi cabeza, pero en mi corazón sentía que eran reales. Así que nunca, nunca encontré al protector. Y nunca encontré a ese hombre que me entendiera con solo mirarme a los ojos. Creo que no existe, aunque todavía tengo ese sueño, sé que no existe. Pero son dos cosas distintas, soy un romántico empedernido, espero encontrar a ese hombre con bigote, tiene que tener bigote (risas), y al mismo tiempo, mi análisis del mundo me obliga a aceptar que no habrá protector ni salvador, quizá mi salvador sea yo mismo. Pero espero que el solo hecho de hablar o de escribir estos libros sirva de ayuda para algunas personas que aún viven hoy en día vidas muy duras porque los poderes no quieren cambiar.

 

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