Los opositores bielorrusos en el exilio relatan cómo les sigue el servicio secreto por otros países: "Debemos vigilar con quién hablamos y adónde vamos"
El portavoz de la líder opositora bielorrusa cuenta a la SER el temor que tienen a ser objetivo de alguna operación encubierta de Minsk o de Moscú

La líder opositora bielorrusa, Svetlana Tsijanóvskaya, durante una manifestación en Vilna el pasado mes de marzo / SOPA Images

"Somos objetivo de los servicios secretos de Lukashenko y de Rusia". Quien habla así de claro es Franak Viacorka, opositor bielorruso en el exilio y portavoz de la principal dirigente contraria al régimen de Lukashenko: Svetlana Tsijanóvskaya. Ambos residen en Vilna, la capital de Lituania, país que esta semana ha advertido del aumento constante de ciberataques y acosos contra los opositores bielorrusos desde 2023. La sombra de nombres como los de los fallecidos Aleksandr Litvinenko o Alexei Navalni es alargada para estos disidentes.
62.000 bielorrusos viven en Lituania, y el gobierno del país báltico ha detectado campañas online para desprestigiarlos ante la sociedad lituana y presentarlos como un riesgo para la estabilidad de la nación. Vídeos con información manipulada, buzoneo de documentos sobre su supuesto plan para integrar Lituania en una especie de Gran Bielorrusia, mensajes amenazantes contra políticos lituanos o pintadas con insultos en calles de Vilna forman parte del despliegue de Minsk apoyado por el gobierno de Putin en Moscú.
Viacorka va más allá y cuenta todas las precauciones que deben tomar en su día a día: "Es imposible proteger a todos los opositores bielorrusos que están aquí. Así que tenemos que ser precavidos, comprobar la correspondencia, quedar con gente siempre en espacios públicos o variar las rutas por las que caminamos por las ciudades". También denuncia que el régimen bielorruso está denegando la renovación de pasaportes a los opositores en el extranjero, lo que les convierte en personas sin nacionalidad.
Entre las medidas que deben tomar está incluso realizar una planificación muy específica de sus viajes al extranjero para comprobar que ninguno de los países por los que pueda volar su avión pueda ser aliado de Lukashenko, de modo que el vuelo pudiera ser obligado a aterrizar y ellos enviados a hacer frente a un juicio sin ningún tipo de garantía.
Intentos de infiltración
Los seguidores de Tsijanóvskaya también son especialmente cautos cuando alguien se presenta ante ellos con el supuesto deseo de ayudarles. "Lo más importante es comprobar de dónde procede la gente que contacta con nosotros. Muchas de estas personas pueden haber sido enviadas por lo que era el KGB. En segundo lugar, hay que vigilar lo que se publica online, porque puede haber sido promovido por los servicios secretos de Rusia o de Lukashenko", explica Viacorka.
Putin va a querer interferir en todas las elecciones que haya para poner a sus compinches en el poder
— Franak Viacorka
Lukashenko ha negado repetidamente que tenga intención de actuar contra los disidentes si vuelven a Bielorrusia, pero su credibilidad es nula entre quienes han tenido que huir. Viacorka recuerda que "sirve a Putin, exclusivamente a Putin, tienen una relación simbiótica en la que el uno necesita al otro. Los que somos proeuropeos y no apoyamos su guerra ni su ocupación les hacemos sentir incómodos".
Centenares de detenidos
Los últimos datos de Amnistía Internacional reflejan que en Bielorrusia hay más de 1.200 presos políticos y que el pasado año 55 personas fueron detenidas en cuanto volvieron a pisar suelo bielorruso. A esto se suman los juicios sin garantías y las desapariciones forzosas de opositores, activistas y periodistas críticos.
Amnistía no deja dudas ya en la primera línea del informe anual sobre este país: "Las autoridades continuaron reprimiendo toda expresión pública de críticas y haciendo uso indebido del sistema de justicia para castigar la disidencia pacífica".
Putin es un imperialista cuyo objetivo es recrear el imperio ruso
— Franak Viacorka
Viacorka admite que las muestras públicas de oposición a Lukashenko son muy peligrosas en Bielorrusia e incluso tienen un riesgo cuando se han llevado a cabo desde ciudades extranjeras como Varsovia o la propia Vilna.
"Rusia dice a los bielorrusos que o estamos callados y votamos a Lukashenko o habrá una guerra. Ese es un miedo muy poderoso y hace que mucha gente no se resista. Es básicamente un chantaje".
Los opositores depositan toda su esperanza en que el final de la guerra de Ucrania conlleve que este país mantenga su territorio y no se ceda a las exigencias de Putin de hacerse con Crimea y el Dombás definitivamente. Es la única manera, creen, de que Bielorrusia no acabe absorbida por Rusia y su vida cotidiana sea aún más peligrosa.
El destino de Bielorrusia depende de la guerra de Ucrania
— Franak Viacorka
Concluye Viacorka que "nos preocupa especialmente que Bielorrusia pueda ser un premio de consolación para Putin. Si fuerzan a Ucrania a ceder territorio sería un precedente muy peligroso. Si Ucrania se ve obligada a ceder Crimea y el Dombás, nadie va a luchar por Bielorrusia".
Antonio Martín
Redactor de la sección de Internacional. Se incorporó a la Cadena SER en 2005 y desde entonces ha formado...