La gran enemiga de Charles Chaplin: se inventó una historia falsa para acabar con su carrera para siempre

De la pompa de Hollywood, más allá de la interpretación, no cabe duda de que la vida privada de las estrellas es algo de gran interés para el público mundial. Además de admirar las producciones de los más talentosos de la industria cinematográfica, con el éxito y la fama, viene la curiosidad de los espectadores por adentrar, aunque sea ligeramente, en el día a día de los más famosos, dando forma a lo que ahora se conoce como la prensa rosa.

A principios del siglo pasado, en la época del Hollywood dorado, existió una notable rivalidad entre dos reporteras de cotilleo y periodismo social que nadie tiene que ver con los ataques que reciben a día de hoy las celebridades en sus perfiles de redes sociales. La profesión de columnista cobró fuerza y las figuras de Lourella Parsons y Hedda Hopper gozaron de una importante influencia en la comunidad del cine. Las escritoras luchaban cada semana por hacerse con el último escándalo y los secretos mejor guardados de la élite.

El temor a la pluma de Hopper

En el último programa de Sucedió una noche, han dedicado una sección a Hedda Hopper, que tras ver fracasar su carrera como actriz, decidió usar sus contactos en la industria para darle rienda suelta a la pluma. La homosexualidad, el adulterio, el abuso de alcohol y drogas o las ideas políticas eran los temas favoritos de la escritora. De hecho, con su visceral anticomunismo, presionó a los estudios para que hiciesen públicas las listas negras de intérpretes. Con sus palabras, Hopper adquirió la capacidad para impulsar o frenar la carrera de un actor e, incluso, influir en el éxito en taquilla de una película.

Pero sin lugar a dudas, una de sus víctimas favoritas fue Charles Chaplin. Raramente, pasaba una semana sin que el cómico y actor británico recibiera alguna mención en sus columnas. Vio en más de una ocasión su reputación y su carrera peligrar por las acusaciones que Hedda Hopper vertía en sus escritos.

Su mayor triunfo fue convencer a una adolescente embarazada para que le acusara de ser padre de su bebé. Charlie Chaplin fue llevado a juicio y el fiscal no hizo otra cosa que repetir las palabras que Hopper lanzaba desde su periódico. Aunque el británico se sometió a test de paternidad que demostraron que la información publicada era falsa, la columnista jamás se retractó ni pidió disculpas por el revuelo causado.