El apagón en Nueva York que le costó la presidencia a Gerald Ford
Marta Fernández ha contado en 'La Ventana' las anécdotas más sorprendentes que dejaron los apagones de 1965 y 1977 en Nueva York

Academia de saberes inútiles | Los grandes apagones de Nueva York y su conexión con los orígenes del Hip Hop
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Madrid
El gran apagón que sufrió España este lunes ha dejado muchas historias que invitan a buscar un reflejo en acontecimientos similares que sucedieron en el pasado. En esta nueva entrega de la Academia de Saberes Inútiles, Marta Fernández ha hecho un repaso de los mayores apagones que ha sufrido la ciudad de Nueva York.
El gran apagón de 1965, que afectó al Norte de Estados Unidos y a Canadá, tiene algunas similitudes con lo ocurrido en España este lunes. En aquel entonces la radio también fue fundamental. No sólo porque los ciudadanos tenían transistores para informarse, también porque las primeras irregularidades de suministro eléctrico se notaron en una radio musical de la ciudad. Entonces las canciones se pinchaban en tocadiscos. Y resulta que la velocidad de giro variaba si variaba la electricidad que entraba, el disco se ralentizaba a medida que la potencia disminuía. Que es lo que pasó el 9 de noviembre de 1965 justo antes del gran apagón. Apenas unos minutos después de notar esta anomalía, la ciudad de Nueva York se quedó a oscuras.
Y exactamente igual que ahora, al día siguiente se contaban historias heroicas. Desde médicos atendiendo partos en el momento del apagón hasta una de las más increíbles: la del vuelo 911 de Scandinavian Airlines que estaba en plena maniobra de aterrizaje y tuvo que tomar tierra con la pista totalmente a oscuras. Con la luna llena y la radio como únicas ayudantes.
Pero el avión no fue el único medio de transporte en verse afectado, los trenes y metros también se detuvieron. Se calcula que en torno a 800.000 viajeros se quedaron atrapados en plena hora punta. En un inicio, como el metro de Nueva York nunca ha tenido fama de funcionar demasiado bien, la gente se creía que era la típica avería de todos los días. Hasta que pasó más de una hora y empezaron a sospechar. Los pasajeros más valientes se atrevieron a lanzarse a las vías, otros más prudentes se quedaron pacientemente en los vagones.
Pero en lo que más se pareció aquel apagón total de 1965 al nuestro es en la solidaridad que mostró la gente. Cómo se ayudaron los unos a los otros y las historias de buenos vecinos que se contaron después. Por eso el de 1965 se bautizó como el “buen apagón”.
1977, el apagón de pesadilla
Aunque no todos fueron así. El apagón de 1977, fue el apagón de pesadilla, la noche del terror, el último círculo del infierno de Dante. También porque Nueva York era una ciudad distinta. A lo largo de los 70 se había convertido en la ciudad más peligrosa de Estados Unidos. En 1975, el Presidente Gerald Ford se negó a rescatar financieramente a la ciudad, que estaba en quiebra total. A Ford le costó la presidencia y a Nueva York le costó la ruina. No había dinero para pagar a los funcionarios, hubo que recortar en la policía, en los bomberos, en los servicios de emergencia, en educación. El paro se disparó. Se perdieron 300 mil empleos en seis años. Los que conservaron el trabajo vieron cómo les bajaban el sueldo. En los barrios más pobres, los caseros preferían quemar los edificios para cobrar el seguro que mantener a los inquilinos. Miles de personas se quedaron en la calle. La mafia campaba a sus anchas. Se disparó el consumo de drogas. Y en el aeropuerto y en las estaciones de tren, la policía repartía unos folletos conde se calificaba a Nueva York como “la ciudad del miedo”.
En ese folleto se recomendaba, por ejemplo, no salir a la calle a partir de las seis de la tarde. Evitar el transporte público, especialmente el metro. Jamás parar un taxi en la calle. No entablar conversaciones con nadie. Nunca abandonar Manhattan y bajo ningún concepto acercarse al Bronx, que se conocía como Fort Apache. Tener cuidado con los fuegos en los edificios y localizar las escaleras de incendios en los hoteles.
Y, por si esto fuera poco, en el agobiante verano de 1977, los neoyorquinos tenían otra preocupación: un cartero llamado David Berkowitz, asesino en serie, al que los amantes del 'true crime' reconocerán como El hijo del Sam. Con este panorama, el 13 de julio de 1977, pasadas las nueve y media de la noche, un fallo masivo dejaba la ciudad sumida en la oscuridad total.
¿Provocó la grabación de Superman el apagón?
Este apagón tuvo que ver con tres incendios por causas naturales y con un caso de increíble mala suerte. Una tormenta eléctrica brutal provocó que varios relámpagos impactaran en tres subestaciones eléctricas en distintos puntos: ardieron y el sistema se colapsó. Eso se supo mucho después. De hecho, hubo un hombre que estuvo meses atormentado, pensando que él solito había causado la catástrofe: Geoffrey Unsworth, director de fotografía de una de las películas más míticas de los 70, Superman. Esa noche, estaban rodando una escena de acción en plena calle 42 y el director de fotografía no tenía suficiente potencia en sus grupos electrógenos para todos los focos que quería meter. Así que le pidió a la policía conectarse a toma de una farola. Y justo cuando enchufó, se fue la luz en toda la ciudad.
Con lo que sí tuvo que ver es con que al día siguiente saliera el Daily News. Porque el edificio en el que estaban rodando era el del famoso periódico neoyorquino y gracias a esos grupos electrógenos pudieron seguir trabajando y contar al día siguiente los increíbles destrozos y saqueos que se vieron en toda la ciudad.
Más de 1.600 tiendas fueron saqueadas. Desde supermercados hasta concesionarios de coches. De uno del Bronx llegaron a robar 50 pontiacs. Se declararon más de mil fuegos en distintos puntos de la ciudad. Hubo casi 4.000 arrestos. Tantos, que los detenidos no cabían en las comisarías y hubo que dejarlos esperando esposados en locales vacíos por toda la ciudad. Más de 550 policías resultaron heridos y hubo cuatro asesinatos. Esa noche se inventó un método de robo que luego ha hecho fortuna: el alunizaje.
Y cuenta la leyenda, aunque los protagonistas lo han negado repetidamente, que esa noche fue fundamental para el nacimiento del hip hop: porque algunos de los chavales que estaban empezando a experimentar pinchando discos con bases de ritmo, aprovecharon para afanar los equipos de sonido que necesitaban. Pero, también hay quien dice que esto es pura invención, más fruto del racismo que de otra cosa.
I LOVE NY
Aquella noche además provocó el nacimiento de algo que todo el mundo ha visto. Quizá el logotipo más famoso de la historia: I love New York. Con sólo tres letras y un corazón, Milton Glaser creo una imagen que es tan icónica como la ciudad a la que rinde tributo. Glaser, que era uno de los mejores diseñadores gráficos del mundo, lo imaginó cuando iba en un taxi cruzando por Central Park. Pensó en las iniciales de los enamorados con un corazón grabadas en los árboles y le vino la idea. La comisión de comercio le había encargado que pensara algo para una campaña que limpiara la imagen de la ciudad después de aquellos tiempos tan oscuros. En aquel momento de desesperación el logo provocaba una sonrisa, ofrecía una imagen de esperanza, de amor, de que era posible una ciudad mejor. Terminó convirtiéndose en la marca de la ciudad. Hoy está en camisetas, bolsas, pegatinas y ha sido imitado hasta la saciedad. Se calcula que cada año genera derechos por un valor de 30 millones de dólares. Que Milton Glaser no cobra porque le cedió los derechos a la ciudad para aportar su granito de arena para salir de la crisis.

Alba Villanueva
Estudiante de periodismo en la Universidad Complutense de Madrid. Antes en Radio León.