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Del Cónclave papal a la fumata blanca: el secreto proceso para elegir al nuevo papa

La reunión entre los cardenales se celebra bajo llave en la Capilla Sixtina

Cardenales de la Iglesia Católica en el Cónclave en la Capilla Sixtina. / Pool

Cardenales de la Iglesia Católica en el Cónclave en la Capilla Sixtina.

La muerte de Jorge Mario Bergoglio el pasado 21 de abril, a los 88 años de edad, pone fin a 12 años de pontificado. A partir de entonces, la Iglesia Católica activó el protocolo para elegir al nuevo cabeza de la institución en la Tierra y que arranca este miércoles 7 de mayo. En su caso, el papa argentino ascendió al cargo de obispo de Roma tras la dimisión de Benedicto XVI en 2013, convirtiéndose en el primero de origen latinoamericano.

Los orígenes del papado remontan a los tiempos del apóstol San Pedro hace casi dos mil años, cuando la mano derecha de Jesucristo se convirtió en el primer papa de la historia. La elección papal es un proceso complejo, estricto y diseñado hasta el mínimo detalle que ha sufrido modificaciones a lo largo de su historia. Desde el anuncio de su muerte, la votación del nuevo Pontífice hasta el entierro del difunto papa, todos los pasos a tomar están claramente delineados.

Una elección bajo llave

En el siglo XIII, las injerencias políticas en el proceso de elección papal provocaron que el papa Gregorio X tomase la decisión de que la reunión entre los cardenales, conocida como Cónclave, se celebrase bajo llave, rodeada del máximo secretismo, y sin posibilidad de tener contacto con el exterior. El nombre de la asamblea proviene del latín "cum", con, y "clavis", llave. En la antigüedad, los cardenales se aislaban hasta que se hubiese tomado una decisión, pero posteriormente se permitió que salieran a dormir en improvisadas habitaciones en el Palacio Apostólico. Actualmente, los cardenales se alojan en la residencia Santa Marta, mandada construir por Juan Pablo II en el interior de la Ciudad del Vaticano.

Para preservar el secreto absoluto, los cardenales irán y volverán de la Capilla Sixtina en autobuses cuidadosamente vigilados. El aislamiento de estos cardenales será total: tienen prohibido mantener conversaciones telefónicas o correspondencia con el exterior, leer periódicos, ver la televisión o escuchar la radio. Además, en 1996, Juan Pablo II estableció el uso de detectores para evitar el acceso de micrófonos o cámaras ocultas en la sala.

Los cardenales de la Iglesia Católica acceden a la Capilla Sixtina para comenzar las deliberaciones.

Los cardenales de la Iglesia Católica acceden a la Capilla Sixtina para comenzar las deliberaciones. / Pool

Los cardenales de la Iglesia Católica acceden a la Capilla Sixtina para comenzar las deliberaciones.

Los cardenales de la Iglesia Católica acceden a la Capilla Sixtina para comenzar las deliberaciones. / Pool

El Cónclave papal formado por el Colegio Cardenalicio de la Iglesia Católica tiene lugar en la Capilla Sixtina en la Ciudad del Vaticano. En 1970, el papa Pablo VI alteró las normas para restringir el derecho a voto a los cardenales mayores de 80 años. El Cónclave no puede comenzar antes de quince días después de la muerte del Papa ni después del vigésimo día. La deliberación puede durar varios días, a lo largo de los cuales se plantean distintos candidatos, y cuya votación requiere una mayoría de dos tercios para proclamar al nuevo papa.

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¿Quién es el favorito para ser el nuevo papa?

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La elección del papa tiene lugar mediante un proceso democrático en el que todos los cardenales electores emiten el sentido de su voto de manera anónima. De hecho, los votantes deben de escribir el nombre del elegido en la papeleta con una caligrafía distorsionada, evitando cualquier signo que pueda revelar su identidad. La papeleta se debe doblar dos veces y, uno a uno, se acercarán al altar para depositar el voto.

En la primera jornada, el Cónclave solo puede llevar a cabo una votación y luego, en los días sucesivos, puede haber dos votaciones por la mañana y dos por la tarde hasta que quede elegido un nuevo papa. Si a la decimotercera votación aún nadie ha obtenido los dos tercios de los votos, hay una "jornada de reflexión" y "clérigos de gran sabiduría" predican a los cardenales para que se esfuercen. Si llegase el decimoquinto día sin que se eligiese nuevo Papa, los cardenales tendrían que decidir por mayoría simple como votar. Pero es prácticamente seguro que el Cónclave no durará más de dos o tres días.

La fumata blanca

A medida que avanzan las votaciones, las papeletas empleadas por los cardenales se queman en una chimenea que es visible desde la Plaza de San Pedro. Si no se ha llegado a una resolución, las papeletas se queman con paja humedecida, de modo que el humor que emana de la chimenea sea negro. En caso de haber llegado a la elección de un nuevo pontífice, las papeletas se queman con paja seca, emitiendo un humo de color blanco, conocido como fumata bianca.

El humo blanco de la chimenea de la Capilla Sixtina indica la elección de un nuevo Papa.

El humo blanco de la chimenea de la Capilla Sixtina indica la elección de un nuevo Papa. / Peter Macdiarmid

El humo blanco de la chimenea de la Capilla Sixtina indica la elección de un nuevo Papa.

El humo blanco de la chimenea de la Capilla Sixtina indica la elección de un nuevo Papa. / Peter Macdiarmid

Habemus Papam!

Al alcanzar una decisión, el decano de los cardenales preguntará al candidato elegido si acepta el cargo y el nombre que usará durante su pontificado. Una vez confirmada su aprobación, el Colegio Cardenalicio romperá a aplaudir y el nuevo Papa deberá asumir de manera visible su condición de sumo pontífice mediante una oración en el altar, frente al fresco del Juicio Universal de Miguel Ángel.

El nuevo papa deberá vestirse en la 'Sala de las lágrimas' con una de las tres sotanas blancas que el sastre pontificio habrá dejado previamente preparadas. Una vez que el papa se haya puesto sus nuevos ropajes, se sentará en un trono en el altar para recibir el primer homenaje de los cardenales. El decano del Sacro Colegio pone en el dedo del Papa el Anillo del Pescador y es el primero en rendirle pleitesía. A continuación, el resto de cardenales se acercan al nuevo Papa para expresarle su respeto y obediencia.

Desde el balcón central de la Basílica de San Pedro y con la plaza repleta de fieles que aguardan para conocer la identidad del nuevo Santo Padre, el cardenal diácono de mayor antigüedad pronunciará en latín las famosas palabras: "¡Os anuncio una gran alegría... Habemus Papam!". El flamante nuevo pontífice impartirá su primera bendición Urbi et orbi.

El papa Francisco saluda a las masas desde el balcón de la Basílica de San Pedro tras conocerse su elección el 13 de marzo 2013.

El papa Francisco saluda a las masas desde el balcón de la Basílica de San Pedro tras conocerse su elección el 13 de marzo 2013. / Peter Macdiarmid

El papa Francisco saluda a las masas desde el balcón de la Basílica de San Pedro tras conocerse su elección el 13 de marzo 2013.

El papa Francisco saluda a las masas desde el balcón de la Basílica de San Pedro tras conocerse su elección el 13 de marzo 2013. / Peter Macdiarmid

Laura García del Valle

Laura García del Valle

Periodista y SEO. Viví en Londres durante 5 años, pero la COVID me obligó a hacer las maletas y volver...

 

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