Homo electricus
La mirada de Marta Cantero
Nuestro sistema eléctrico, propio e independiente, nos libró del apagón que afectó a la Península Ibérica, pero no tuvimos la misma suerte con las telecomunicaciones. Ahí, la mayoría de compañías telefónicas tiran para Canarias de una central ubicada en Sevilla y, claro, también nos afectó.
Esta altísima dependencia del hombre moderno de la energía eléctrica nos ha pasado un factura, nunca mejor dicho, y apunta a un futuro de vértigo. No ha sido poca la filmografía distópica que ha recreado este y otros impactos por la pérdida de la energía que anima nuestra forma de vida actual. Y nos quedamos tan en shock cuando nos desconectamos de nuestros aparatos que, en no pocas ocasiones, derivó en crisis de ansiedad. Especialmente de las personas que viven solas, que muchas y cada vez más.
La supervivencia de cualquier especie depende, sobre todo, de la capacidad de reacción ante el peligro. De no bloquearse y mantener la calma. Incorporemos al kit, por tanto, la preparación psicológica para afrontar estos desafíos. Y sobre todo una buena dosis de solidaridad, para mirar quienes a nuestra alrededor necesitan, simplemente, un poquito de atención y un rato compañía.