El barrio de Málaga con más pisos turísticos: "Solo vemos candados. Hay familias de aquí que duermen en albergues"

Málaga

"Es desesperante. Hay madres con hijos que son del barrio y como no pueden pagar el alquiler mensual del piso que tenían ahora terminan en el albergue que tiene la asociación". Es la situación que describe Curro López, presidente del colectivo vecino Lagunillas-Centro que además de atender las demandas de los residentes del barrio también cuenta con un banco de alimentos y un sede habilitada como centro de acogida temporal donde han llegada, desde hace un tiempo, personas que no pueden abonar la cuota del mes de la vivienda en la que se encontraban.

"No hay derecho. La Constitución dice que toda las personas tenemos derecho a una vivienda digna. Esto es para que todos los partidos se sentaran en la mesa y pelearan para solucionar el problema de la vivienda", exclama el presidente que pone como ejemplo que un piso medio, de unos 70 metros cuadrados, por el que se pagaba hace un par de años unos 500 euros mensuales ahora se cotiza por encima de los 1.300 euros.

"Nos llegan madres llorando. Tienen trabajo pero su sueldo no da para pagar el alquiler. No pueden alimentar a sus hijos. Les tenemos que dar por un tiempo techo y comida. Nadie se da cuenta del enorme problema que tenemos en el barrio. Esta todo lleno de candados, y esto va a más por culpa de un turismo vacacional que no tiene freno", añade López que reclama atención urgente de las administraciones para frena la proliferación de pisos turísticos.

Lagunillas ha multiplicado, en muy poco tiempo, por ciento el número de pisos turísticos que copan sus edificios. De las más de 41.600 plazas con las que cuenta Málaga, este barrio del Centro de la capital suma ya más de 7.200 y ya se proyectan en la zona reforma en bloques y locales comerciales para adaptarlos para nuevos alojamientos turísticos, un extremo que, de momento, el propio Ayuntamiento de Málaga ha frenado ya que el distrito es uno de los cuenta con mayor densidad de viviendas turísticas en comparación con el volumen de pisos residenciales que en total tiene.

"El banco de alimentos atiende, cada mes, a unos 1.700 personas sin recursos. Son nuestros vecinos los que llegan y piden comido porque no tiene dinero para comprar para sus hijos. Les damos todo lo que llega pero no es suficiente. Madres que nos llegan llorando pero intentamos buscarle una solución, pero que es temporal. No es justo que haya gente así mientras la ciudad intenta ingresar con el turismo. Es un desastre", describe López que insiste en la urgencia de mediar en la presencia desaforada de este tipo de alojamientos.

Málaga capital cuente actualmente con restricciones en 43 barrios y zonas de la ciudad donde no se puede solicitar la apertura de nuevas viviendas turísticas. La Junta de Andalucía, por su parte, lleva a cabo controles sobre los pisos ya existentes pero el número de inspectores para llevar a cabo este barrido resultad insuficiente. Entre tanto, el Gobierno central intenta buscar soluciones a un problema que, de momento, sigue sin control.